Covid-19 y el valor de la mediación en el mercado de los arriendos

Un buen momento para quienes buscan una propiedad en arriendo y, al mismo tiempo, bastante ingrato para quienes ofrecen una. Son las dos caras del panorama que se está viviendo en este mercado como consecuencia del Coronavirus, el cual recién comienza a dar tregua en materia sanitaria, pero continúa golpeando los bolsillos de los chilenos.
El impacto en el área inmobiliaria quedó claro a la luz de los resultados de un estudio realizado por Mercado Libre, en base a datos de su sitio Portalinmobiliario. El Informe Trimestral de Viviendas, correspondiente al segundo trimestre de 2020 de la Región Metropolitana, dejó al descubierto que el precio de los arriendos de departamentos anotó su mayor caída en 13 años, registrando un -7%. En el caso de las casas, la disminución fue de -1,9%.
A nivel de sectores, el Centro de Santiago (-9%) y la zona Sur de la capital(-7,3%), son los lugares más golpeados por el efecto Covid-19, mientras que si de comunas se trata, Estación Central (-10,1%), Pudahuel (-9,7%), San Joaquín (-9,4%), Quinta Normal (-8,9%) y Santiago Centro (-8,8%) son las más afectadas.
En este panorama de contracción, lo más buscado son los departamentos de dos dormitorios (seguidos muy de cerca por los de uno), con valores de entre $200.000 y $300.000.
No es de extrañar, entonces, lo que estamos viendo a diario: una mayor cantidad de avisos de renta pegados en muchas ventanas de los edificios. Si hasta hace un año estos representaban el 38,2% del total (superados ampliamente por los de venta), hoy corresponden al 48% de ese universo.
Este panorama representa una oportunidad y un desafío para quienes nos dedicamos al corretaje de propiedades, en el sentido de sacar a relucir nuestras dotes en materia de mediación. Ubicados al medio de un tira y afloja, en el que por un lado tenemos a dueños complicados porque sus arrendatarios no tienen cómo cumplir con su obligación de pago, y, por el otro, a estos últimos angustiados por incurrir en potenciales retrasos y amenazados por tener que abandonar sus viviendas, los corredores podemos aportar en el acercamiento de posturas.
Para aproximar estos extremos, se ha puesto muy en boga responder a solicitudes de rebajas transitorias en el valor del arriendo, a las cuales apelan principalmente familias, pues en el caso de quienes viven solos, la salida suele ser el retorno al hogar de los padres, donde pueden cobijarse, en todo sentido, hasta que pase el “chaparrón viral”.
Como una manera de formalizar este requerimiento, lo más adecuado es pedir documentación para respaldarlo, es decir, un finiquito que acredite el despido o liquidaciones de sueldo que demuestren una baja en las remuneraciones. La invitación, entonces, a quienes están analizando está alternativa es a tener a mano estos papeles y estar dispuestos a entregarlos si les exigen.
A partir de esto se activa una intermediación en la cual se presenta el caso ante el propietario. La voluntad de una rebaja muchas veces puede existir, pero pasa también que en algunas situaciones los dueños están atados al pago de dividendos por la propiedad que los obligan a exigir ciertos montos de renta, lo que les impide hacer descuentos significativos.
Todo es conversable, más aún en estos tiempos de incertidumbre, así que el consejo es atreverse a hacer la consulta y buscar modos de llegar a un punto de encuentro, lo que se puede alcanzar con esfuerzos de lado y lado hasta convenir un precio que deje conformes a ambas partes.